¿Que hacer?
Lo único que tenemos que hacer es, arrepentirnos y convertirnos de todo corazón. Dios ahora manda a los hombres de todo lugar, que se arrepientan... (Hechos 17:30).
Para obtener la salvación, tenemos que aceptar a Cristo como único y suficiente salvador. Creer que nuestro Señor Jesucristo murió en la cruz, para cubrir nuestros pecados, y resucitó de entre los muertos al tercer día.
Confesar con su boca, que es pecador, y apartarse del pecado de una vez y para siempre. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación (Romanos 10:10).
Tiene que nacer de nuevo
En una ocasión, se le presento a Jesús un hombre llamado Nicodemo. Este fue de noche a ver a Jesús y le dijo: Rabí (que significa maestro) sabemos queha venido de parte de Dios, porque nadie puede hacer esto milagros que tu hace, sino viene de Dios.
Jesús le contesto: en verdad te digo, que nadie puede ver el Reino de Dios, si no nace de nuevo.
Nicodemo, muy sorprendido le dijo: ¿pero como puede nacer de nuevo, cuando ya uno esta viejo, quien volverá al vientre de su madre y nacerá de nuevo?
Jesús le contesto: en verdad te digo, el que no nace de Agua y Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es, y lo que nace del Espíritu, Espíritu es. No te extrañe de que te haya dicho; que necesita nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere, y tu oyes su sonido, pero no sabe de donde viene, ni donde va. Lo mismo le sucede al que es nacido del Espíritu...
Luego Jesús le dijo a Nicodemo, nadie subió al cielo, el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que esta en el cielo. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el hijo del hombre sea levantado, para que todo aquel que en el crea no se pierda, sino que tenga vida eterna (Juan 3: 1-15).
Nueva criatura en Cristo Jesús
Tal y como dijo el apóstol Pablo en 2 Corintios 5. 17, si alguno esta en Cristo Jesús, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; ahora todas son hechas nuevas.
Tenemos que despojarnos de ese viejo hombre y andar como hijo de luz. Porque ante éramos tiniebla, pero ahora somos luz en Cristo Jesús(Efesios 5.8).
Ya no somos cualquier cosa. Cristo nos rescató de la agarra del maligno y nos redimió de todas maldición de la ley, hecha por nosotros mismo...(Gálatas 3.13).
Cristo se entregó en la cruz del calvario y derramó su sangre preciosa, por toda la humanidad. Nos podemos despreciar ese sacrificio tan grande.
Esperamos, que este material sea de bendición a su vida...
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