Francis Santana Pastor de la 2da Iglesia pentecostal
Casa de Dios Triunfo y Victoria en La Romana Rep. Dom.
Es una mentira decir que la mujer no está preparada para asumir un papel de liderazgo en la iglesia. Las normas culturales y religiosas, al igual que las tradiciones creadas por el hombre, han ayudado a propagar esta mentira, pero a pesar de los argumentos que digan lo contrario, no está apoyada por las Escrituras.
¿Creía Jesús que la mujer podía dirigir?
Este fuerte prejuicio de la iglesia contra la mujer en
el liderato es muy particular cuando examinamos las actitudes de Jesús hacia
las mujeres que lo siguieron. Jesús afirmó la igualdad de la mujer en medio de
una cultura que le negaba sus derechos humanos básicos. Las llamó a ser sus
discípulas aun cuando los líderes religiosos enseñaban que era vergonzoso
instruir a la mujer.
En Lucas 8:1-3 leemos que las mujeres que siguieron a
Jesús eran una parte vital del equipo ministerial que viajaba con él. Estas no
se quedaban en la parte de atrás del séquito de Jesús y miraban a la distancia
mientras cocinaban la comida para los hombres. Eran discípulas de Jesús en el
sentido más completo y tenemos razones para creer que les encargó ministrar en
Su nombre. Cuando Jesús envió al Espíritu Santo sobre la Iglesia, como se
relata en el libro de Hechos, muchas de estas mismas mujeres estaban en el
aposento alto y recibieron autoridad en el día de Pentecostés. Aquellos que
eran discípulos de Cristo habían sido autorizados a ir por toda la tierra como
testigos, pero se les había pedido que esperaran a que el Espíritu Santo
viniera sobre ellos para darle la autoridad para cumplir esta comisión (vea He.
1:4). Cuando el Espíritu Santo vino para cumplir esta promesa de autoridad para
el ministerio, tanto hombres como mujeres -- incluyendo a la madre de Jesús --
lo recibieron. Pedro señaló "y profetizarán vuestros hijos y vuestras
hijas" (vea Jl. 2:28-32). Si Dios únicamente comisionó a los hombres para
ministrar el Evangelio, ¿por qué envió el poder de esa misión tanto sobre
hombres como mujeres?
Las mujeres en el aposento alto no fueron las únicas
de Jesús comisionó. En el relato de su visita a la mujer samaritana en el pozo
(vea Jn. 4:7-42), leemos que luego de revelarle su verdadera identidad y
pronunciar el perdón por su tormentoso pasado, la mujer comenzó a contarles a
otros sobre él. Quizás aquí vemos uno de los cuadros más claros en la Biblia de
Cristo como alguien que sí ordena a las mujeres.
Luego de su encuentro con el Salvador, el relato
bíblico nos dice: "Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron
en él por la palabra de la mujer" (v.39). ¿Por qué el Mesías enviaría a
esta mujer a su aldea a contarles a otros sobre su poder si se oponía al
concepto de la mujer en el ministerio?
Todavía más intrigante: esta es la primera ocasión
registrada en la que Cristo comisionó a alguien a evangelizar más allá de los
estrechos confines de la comunidad judía ortodoxa. Para demostrar
proféticamente que al final el Evangelio se extendería "en Samaria, y
hasta lo último de la tierra" (He. 1:8), envió ¡a una evangelista a
predicar!
Debemos recordar el contexto cultural de este pasaje.
En la Palestina del tiempo de Cristo, y de hecho en todo el mundo romano, se
les enseñaba a los hombres que no se debía confiar en el testimonio de una
mujer porque estas se consideraban ignorantes y fáciles de engañar. Sin
embargo, ¿a quién escogió Jesús para revelarle primero su resurrección? Y ¿a
quién comisionó primero para decirles a otros que había triunfado sobre la
tumba? ¿No fueron acaso sus valientes mujeres discípulas las que estuvieron
dispuestas a identificarse con su muerte mientras que sus seguidores varones se
escondían de los perseguidores?
Debido a los prejuicios culturales, los discípulos no
le creyeron a las mujeres cuando estas le dieron el asombroso informe de la
tumba abierta. Sin embargo, Jesús se le apareció a los doce y confirmó el
testimonio de las mujeres, y al hacerlo, refutó la idea de que la mujer no
podía dar un testimonio confiable.
Luego de su resurrección, Jesús le dijo a María
Magdalena: "Ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre,
a mi Dios y a vuestro Dios" (Jn . 20:17). ¿Acaso la estaba ratificando
como una testigo del Evangelio? ¿Acaso Cristo mismo no la confirmó para ir y
hablar por él? Entonces, ¿por qué le negamos a la mujer la oportunidad de
llevar el mismo mensaje?
El Evangelio le da poder
En los círculos cristianos conservadores se espera que
la mujer viva contenta en el segundo plano, para enfocarse en las tareas
domésticas, debido a que este es el humilde "lugar" en la vida que
Dios ordenó para ella. Es un lugar de servicio invisible y de influencia divina
pero callada en sus hijos y el hogar, o quizás en el salón de cuna de la iglesia,
la Escuela Dominical o un estudio bíblico de mujeres.
Por supuesto que se les dice que es un honor vivir a
la sombra de sus esposos y de otras autoridades masculinas, y que es una
desgracia asumir un lugar de autoridad espiritual importante. Pero necesitamos
preguntar: ¿De dónde tomamos esta idea cuando no es la perspectiva de
Jesucristo ni se ve en el resto de las Escrituras?
Debemos considerar la forma en que Dios usó a las
mujeres antes de tratar de sacar de contexto un aislado pasaje y construir una
doctrina que restrinja sus oportunidades ministeriales. Examinemos las
siguientes mujeres bíblicas y el nivel de autoridad que les fue dado:
* María. No cabe duda que en el antiguo Israel se
consideraba una líder a la hermana de Moisés. En Miqueas 6:4 dice: "Porque
yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de servidumbre te redimí;
y envié delante de ti a Moisés, a Aarón y a María". Ella representaba la
autoridad de Dios para el pueblo de la misma manera que Moisés. Por esto se le
describe como profetisa en Éxodo 15:20-21.
Además, es la primera persona en el Antiguo Testamento
que vemos dirigiendo la adoración congregacional.
* Débora. Entre los jueces de Israel, Débora fue la única
que tuvo la respetada posición de profeta además de Samuel. En Jueces 4:4 se le
hace referencia como profetisa, y su atención a la estrategia y propósito de
Dios resultó en una impresionante victoria militar que le aseguró a Israel la
paz por 40 años (5:31). Débora ejercía como gobernadora civil y era tan respetada
por su unción y perspectiva espiritual que Barac, el comandante militar de
Israel, se negó a ir sin ella a la batalla. Débora, quien también se conoce
como "madre en Israel" (5:7), presenta un intrigante problema para
los líderes conservadores de hoy día que quieren promover la visión de que la
mujer no puede ejercer en posiciones de autoridad espiritual.
* Hulda. Después de cincuenta años de paganismo y
adulterio espiritual en Israel, el rey Josías asumió el trono y redescubrió el
libro de la ley que estaba escondido en el templo. Cuando lo leyeron en voz
alta, inmediatamente se arrepintió y se volvió al Señor, y mandó a buscar con
el sumo sacerdote a un fiel seguidor de Dios que pudiera hablar por él. ¿A
quién se volvieron? A Hulda (vea 2 R. 22:14), una profetisa que obviamente
había permanecido fiel al Señor durante uno de los períodos más oscuros de la
historia de Israel. No sabemos mucho de ella, pero el hecho de que Hilcías, el
sumo sacerdote de Israel, y sus asociados la hayan buscado para hacer su petición
al Señor evidencia que había ganado la reputación de oír el mensaje de Dios.
* Ester. Aunque no ocupó una posición de autoridad
eclesiástica, su vida prueba que Dios puede y usa a la mujer en puestos
estratégicos para adelantar sus propósitos. De hecho, él escogió a esta joven
judía y la colocó en una posición de intercesora y libertadora. Sus oraciones y
valientes acciones literalmente salvaron a su pueblo del genocidio. Pero,
¿cuántos hombres en nuestras iglesias están dispuestos a ser como Mardoqueo, y
retan a estas mujeres hablar?
* Febe. Pablo recomendó a esta mujer a la Iglesia de
Roma y les pidió que "la recibieran en el Señor". Aunque se hace
referencia a ella como diakonos, la palabra griega para diácono, en algunas
versiones de la Biblia se traduce como sierva. Pero es más acertado colocarla
en la categoría de diaconisa, con hombres como Esteban y Felipe, ya que la
misma palabra griega se usa para describirlos a ellos. Al Pablo recomendar a
Febe a la Iglesia romana es una forma de otorgarle autoridad apostólica, y
obviamente esperaba que los primeros cristianos siguieran sus instrucciones
cuando ella llegara. Fue enviada por Pablo para llevar a cabo planes
específicos, muy posiblemente relacionados con el evangelismo y plantar
iglesias.
* Priscila. Junto a su esposo, Aquila, esta mujer fue una
reconocida trabajadora de la primera iglesia. Esta pareja ayudó a iniciar el
ministerio apostólico de Apolos (vea He. 18:26). También sería seguro decir que
operaban como apóstoles, ya que Pablo se refiere a ellos en Romanos 16:3 como
"mis colaboradores en Cristo Jesús". También se nos dice que tenían
una iglesia "en su casa" (vea Ro. 16:5) y que esta valiente pareja
"expuso su vida" por salvar la de Pablo (v.4).
* Las hijas de Felipe. En Hechos 21:9 se nos dice que
Felipe el evangelista tenía cuatro hijas que eran "profetisas". El
término "profetisa" que se usa aquí viene de la misma raíz usada en
Hechos 15:32 para describir a dos profetas, Judas y Silas. No sabemos nada de
ellas, pero podemos asumir que su influencia era lo suficientemente importante
como para ser mencionadas en el relato bíblico. Es obvio que hablaban en
público y que sus palabras tenían el mismo nivel de autoridad que las de Agabo,
un profeta descrito en el mismo pasaje. En esencia, las hijas de Felipe eran
predicadoras que gozaban de un alto respeto por sus ideas espirituales y sus
abundantes dones.
* Loida y Eunice. El apóstol Pablo elogia a estas dos mujeres, la
madre y abuela de Timoteo, por darle forma al ministerio de este joven a través
de su instrucción y ejemplo. Aunque es un pasaje confuso, es uno crucial porque
en la actualidad muchas iglesias usan las cartas de Pablo a Timoteo para
justificar políticas descaminadas que limitan el alcance del ministerio de la
mujer. Es irónico que la gente tergiverse las palabras de Pablo en 1 Timoteo
2:12 ("Porque no permito a la mujer enseñar...") para prohibirle a
las mujeres que le enseñen a los hombres cuando en 2 Timoteo 1:5 ¡elogia a
Loida y Eunice por enseñarle su fe!
* Junia, el apóstol. La referencia de Pablo a esta mujer en Romanos
16.7 a creado tremenda controversia en años recientes. Como se hace referencia
a ella como apóstol, los expertos en la Biblia y los traductores han asumido
que no puede ser una mujer debido a que estas no podían ejercer ese rol. Por
esta razón el nombre se traduce con frecuencia "Junias" o se
considera una forma abreviada del nombre "Junianus". Los intentos por
cambiar el género de Junia no comenzaron hasta el siglo XIII, luego de que el
nombre fuera poco común entre los europeos. Cualquiera en el primer siglo
hubiera reconocido con facilidad el nombre Junia como un nombre latín común
para una mujer.
Hay algunos ejemplos adicionales de mujeres que
tuvieron posiciones de autoridad espiritual en la iglesia del Nuevo Testamento.
Como Jesús, el apóstol Pablo tenía en las primeras filas discípulas a las que
había comisionado a predicar y evangelizar. ¿Dónde están las mujeres que
"comparten la batalla" del ministerio apostólico de hoy? Qué trágico
que la Iglesia del siglo XXI no le haya dado el poder a un ejército completo de
mujeres con la autoridad necesaria para tomar ciudades y naciones para Cristo.
¿Quién dijo que la mujer no podía dirigir?
El profeta Joel predijo que un día el Espíritu Santo
sería derramado sobre la Iglesia, y que como resultado "vuestros hijos e
hijas profetizarán" (vea Jl. 2:28). Este pasaje indica claramente que
cuando comenzara la era neo testamentaria, tanto hombres como mujeres
recibirían el poder y la comisión de llevar el mensaje del Evangelio al mundo.
El Espíritu Santo de Dios no se quedaría solamente en individuos aislados como
era el caso bajo el antiguo pacto. En la era pentecostal, todos los creyentes,
sin importar sexo, raza o nivel social, tendrían un total acceso a las gracias
del Espíritu y llevarían la Palabra de Dios.
Si la predicación se limitara a los hombres, Joel no
hubiera mencionado a las hijas en la profecía. En lugar de esto hubiera dicho:
"En los últimos días, derramaré de mi Espíritu y sus hijos profetizarán
mientras que sus hijas servirán calladamente en un segundo plano y oraran por
los hombres."
Esto no es lo que dice la Biblia. ¡Establece con
claridad que la mujer predicará! Que dirigirá. Que estará en las líneas
delanteras del ministerio. Como Débora, llevarán la iglesia al territorio
enemigo y verán cómo Dios da la victoria. Como Ester, no se quedarán calladas.
Como Febe, colaborarán con los apóstoles para establecer iglesias y llegar a
regiones sin evangelizar.
Si esta es la orden clara de Joel 2:29, ¿por qué las
iglesias se enorgullecen en adherirse fielmente a una traducción literal de la
Biblia que lo rechaza? No hay fundamento bíblico para la creencia popular de
que predicar y profetizar son únicamente dones masculinos. Ambos sexos tienen
el llamado a ministrar en el poder del Espíritu Santo y contristamos a ese
Espíritu cuando le restringimos su completo fluir prohibiendo a la mujer que
predique la Palabra de Dios o que use sus talentos para el servicio de él.
Responderemos ante Dios por limitar el fluir de su Espíritu a través de mujeres
que han sido llamadas para hablar en Su nombre.
No hay ninguna base bíblica para la idea de que la
mujer no puede levantar su voz contra el prejuicio, retar al pecado en la
iglesia o llamar a los pecadores al arrepentimiento. La Biblia no exige en
ninguna parte que cuándo la mujer predica, profetiza, dirige la adoración,
ofrece seminarios, planta iglesias, comienza centro de rehabilitación de
drogas, ministra en las cárceles o predica sermones debe hacerlo con menos
pasión que el hombre. Entonces, ¿por qué tantos cristianos, aun en el siglo
XXI, todavía creen que la mujer que predica con denuedo la Palabra de Dios es
"masculina" o "está fuera de orden"? En más de una ocasión
he escuchado a ministros sugerir sarcásticamente que si una mujer predica con
un estilo autoritario debe ser lesbiana, porque, según ellos, "quieren
hacer el trabajo de los hombres".
Debemos entender que la Biblia no aprisiona a la mujer
en el molde estereotipado de una persona inútil y callada. Proverbios 8:1-11
declara: "Oh hombres, a vosotros clamo; dirijo mi voz a los hijos de los
hombres" (v.4). No sólo predica con autoridad, si no que hay hombres en la
audiencia. Esta alegórica mujer no está dirigiendo un estudio bíblico en su
casa. Está evangelizando a los hombres en la plaza central de una ciudad
importante. Sin embargo, ¿cuántos líderes le dirían que se callara y se
sentara? ¿Cuándo pararemos de sofocar al Espíritu Santo negándoles a nuestras
hermanas su derecho a profetizar? Mantenerlas calladas es sacar de frecuencia
la voz del Espíritu. Rechazar su liderazgo es rechazar al Señor.
Por siglos el hombre ha interpretado mal la Biblia
para mantener
a la mujer en silencio. Pero el mensaje de las Escrituras es claro: Dios ha llamado a
Sus hijas a profetizar.
a la mujer en silencio. Pero el mensaje de las Escrituras es claro: Dios ha llamado a
Sus hijas a profetizar.
¡DEJEN QUE LAS MUJERES PREDIQUEN!
¿No deben callar las MUJERES
Respuestas sencillas a preguntas difíciles sobre el
tema de la mujer en el ministerio
P. ¿No dice la Biblia que la mujer no debe asumir
posiciones de liderazgo dentro de la iglesia?
R. Algunos ejemplos de mujeres que fueron colocadas
por Dios en posiciones de autoridad espiritual son Débora (vea Jueces 4), María
(hermana de Moisés, vea Éxodo 15:20) y Hulda (vea 2 Reyes 22:14).
En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo menciona
nueve mujeres que sirvieron como colaboradoras de su equipo apostólico. Una de
ellas, Junias, es descrita como apóstol (vea Romanos 16:7). Otra ministro
itinerante fue Priscila, quien trajo corrección doctrinal a Apolo (vea Hechos
18:4-26).
P. Pero, ¿acaso el apóstol Pablo no dijo en 1 Timoteo
2:12 que las mujeres no pueden enseñar o tener autoridad sobre los hombres?
R. Debido a que este versículo contradice otros
pasajes bíblicos que describen a la mujer ejerciendo autoridad espiritual,
debemos profundizar para descubrir el contexto del mismo. En este versículo
Pablo dice que él quiere que las mujeres permanezcan en silencio.
Pero en otras epístolas él apoya la idea de la mujer
orando y profetizando públicamente (vea 1 Corintios 11:5). Obviamente su
restricción en 1 Timoteo 2:12 no aplica a todas las mujeres en todas las
situaciones.
Muchos eruditos de la Biblia creen que cuando Pablo
escribió estas palabras estaba lidiando con un problema de herejía seria dentro
de la Iglesia de Éfeso. Algunas maestras estaban esparciendo fábulas gnósticas
peligrosas, y en ocasiones estaban sugiriendo que las mujeres eran superiores a
los hombres o que Eva había sido creada antes que Adán. Pablo le ordenó a
Timoteo que no permitiera que esas mujeres continuaran esparciendo sus falsas
doctrinas. Sin embargo, sabemos que Pablo estaba más que dispuesto en permitir
que mujeres adiestradas y creyentes de la Biblia pudieran enseñar -- después de
todo él fue el que felicitó la labor de mujeres ministros como Febe, Junias,
Priscila, Trifena, Trifosa y Pérsida.
P. ¿Por qué Jesucristo no escogió a ninguna mujer para
que fuera Su discípula?
R. Jesucristo sí tuvo mujeres discípulas. Él alentó a
María a que se sentara a sus pies y aprendiera sus enseñanzas (vea Lucas
10:38-42) aunque los rabinos judíos nunca permitían que las mujeres aprendieran
el Torá. La mujeres que seguían a Cristo también lo apoyaban económicamente
(vea Lucas 8:1-3), y fueron las primeras en presenciar Su resurrección --
aunque las mujeres no se consideraban testigos creíbles en las cortes del
Israel de esa época. También habían mujeres discípulas en el aposento alto
cuando el Espíritu Santo cayó con poder sobre la Iglesia en el día de
Pentecostés.
¿Por qué seleccionó Jesucristo a 12 hombres para que
fueran sus representantes visibles? Algunos eruditos de la Biblia abogan que Él
hizo eso para establecer un ejemplo simbólico para los judíos. Los 12 hombres
simbolizaban las 12 tribus de Israel, y eso era una señal profética de que
Cristo había venido para establecer un Israel "nuevo", a través de su
nuevo pacto.
P. ¿Por qué dijo Pablo que deberían permanecer en
silencio dentro de la iglesia?
R. Las fuertes palabras de Pablo en 1 Corintios 14:34
constituyen un versículo curioso, uno que ha dejado perplejos a los eruditos de
la Biblia porque parece contradecir lo que anteriormente dijo en ese mismo
capítulo -- en el cual alentaba a todos los creyentes a que profetizaran.
Algunos teólogos creen que el apóstol está trayendo
orden porque las mujeres estaban interrumpiendo el servicio con discusiones
argumentativas. Otros creen que los versículos 34 y 35 son citas tomadas de una
carta que los líderes de la Iglesia en Corinto le escribieron a Pablo, la cual
Pablo contesta en el versículo 36 indagando si los líderes acaso piensan que la
Palabra de Dios se originó con ellos.
Sea como sea que interpretemos los detalles de este
pasaje bíblico, no podemos usarlo para crear una regla general que restringe a
la mujer y le prohíbe predicar, orar, enseñar o profetizar (vea Joel 2:28).
P. Pero, ¿no dijo Pablo que las mujeres no podían
enseñar porque eran más fácilmente engañadas?
R. Pablo menciona como Eva fue engañada cuando le dice
a Timoteo que no le permitirá a las mujeres usurpar la autoridad de los hombres
(vea 1 Timoteo 2:14). Pero esto fue dicho en el contexto de la situación de la
Iglesia de Éfeso -- donde mujeres ignorantes estaban esparciendo herejías al
proclamar que habían recibido revelaciones especiales.
Si Pablo pensaba que todas las mujeres eran
engañadoras por naturaleza entonces no hubiera comisionado a Priscila, Junias y
otras mujeres a que lideraran iglesias y compartieran responsabilidades
apostólicas. Su comentario sobre Eva era una advertencia sobre los peligros de
permitir que personas ignorantes y sin entrenamiento comenzaran a esparcir
doctrinas erróneas.
¡LAS MUJERES PUEDEN MINISTRAR DENTRO Y FUERA DE EL ! Francis Santana Pastor de la 2da Iglesia pentecostal
Casa de Dios Triunfo y Victoria en La Romana Rep. Dom.
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