sábado, 2 de noviembre de 2013

LA ORACIÓN

La oración no es más que un dialogo directo con Dios, es un acto de adoración y comunicación con nuestro Padre celestial. El creyente debe entender que sin una vida llena de oración, es una vida sin fortalecimiento espiritual. Cada cristiano tiene que tener una rutina diaria de oración con Dios.
Jesucristo venció por la vida de oración que tuvo. En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y suplicas con fuerte clamor y lagrimas al que podía salvarlo de la muerte y fue escuchado por su reverente. (Hechos 5:7-8). El refirió una parábola sobre la necesidad de orar siempre, sin descansar. (Lucas 18:1).


A través de la oración le presentamos a Dios todos nuestros deseos con la ayuda de nuestro Señor y la asistencia del Espíritu Santo. En el libro de Juan 14: 13-14 dice: y todo lo que le pida al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si pide algo en mi nombre yo lo haré.

Oraciones de grande victoria

En la Biblia encontramos grande hombres que obtuvieron victoria a través de la oración. Unos de estos hombres fue el rey Salomón; quien fue uno de los más sabios del imperio en todos los días de su vida sobre la tierra. El entendió que no tenía el conocimiento necesario para dirigir el pueblo de Israel, le pidió sabiduría a Dios y El le contesto... (1 Reyes 3: 1-15). Solo es cuestión de pedirle a Dios. La Biblia dice: Pedid y se os dará... (Lucas 11:9). Crees en esta palabra poderosa y obtendrá grande victoria.
Otro que obtuvo victoria a través de la oración, fue el profeta Daniel. El oraba tres veces al día, era por eso que Daniel se mantenía fortalecido espiritualmente en todo tiempo. Los enemigos de Daniel astutamente elaboraron una trampa para poder acusar al profeta, pero no hallaron nada en su contra.
Entonces convencieron al rey Darío para que elaborara y firmara una ley con el único propósito de comprometer a Daniel, y de esa manera terminarían con el. El rey lleno de orgullo firmó el edicto y todo lo que no obedecían debían ser echado en el foso de los leones. Pero todo esto fue en vano, Daniel permaneció fiel en su vida de oración a Dios.
Luego el rey Darío se dio cuenta, que todo esto era una trampa de los enemigos de Daniel, trató de salvar la vida de Daniel, pero su misma ley le hizo imposible salvarlo. Daniel nunca tuvo miedo, y mientras todo esto sucedía, el alababa a su Dios. Dios salvo a Daniel de todo esto, y enseguida el rey Darío mando a sacar a Daniel del foso de los leones, y no solo eso, sino que mando a echar a los acusadores de Daniel en el foso de los leones, y al instante fueron devorados. (Daniel 6: 10-24). Esto es poco para lo que podemos hacer en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, El nos dice en su palabra que cosa mayores que estas podemos hacer en su nombre... (Juan 14: 12-14).
Pablo, era otro que hablaba bajo la inspiración del Espíritu Santo de Dios. El pidió en oración que vuestro amor abunde aun más en ciencia y todo conocimiento.
(Filipenses 1: 9). El apóstol Pablo oró así: que Dios le de espíritu de sabiduría y revelación de conocimientos de El y que alumbre los ojos de vuestros entendimientos. (Efesios 1: 17). En colosenses 1: 9, el oró así: que seáis lleno de conocimientos de su voluntad toda sabiduría e inteligencia espiritual.

La oración y la adoración

En la Biblia encontramos la oración modelo que el Señor Jesucristo nos dejó, El nos dijo: Cuando ores, no seas como los hipócritas; porque a ellos le gustan orar en los lugares públicos... oran en las sinagogas de pie y en las esquinas de las calles, para ser visto por los hombres.
El Señor Jesús nos dice que oremos en nuestro aposento a puerta cerrada en lo secreto y nuestro Padre que esta en lo secreto; te recompensará en público. De todas estas cosas tenemos que tener cuidado, para que nuestras oraciones no tengan estorbo. El Señor Jesús nos dijo, que no seamos semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de que cosas tenemos necesidad, ante que nosotros se lo pidamos... En la oración modelo que el Señor Jesús nos enseña a través de la sagrada escritura, primero nos presentamos al Padre y le adoramos en espíritu y verdad, es una forma de conquistar la presencia de Dios. El Señor Jesús nos dijo, Vosotros oréis así: Padre nuestro que está en los cielos, santificado sea tu nombre. (Mateo 6: 5-15).
Toda oración debe estar centrada en adoración a Dios. La oración no solo se debe hacer para pedirle a Dios, hablarle de nuestros problemas y dificultades. Tenemos que proclamar el nombre del Señor Jesús, insistir en la adoración, El es nuestro salvador, el centro de nuestra vida.
Cuando estamos en adoración a Dios, nos sentimos libres, se van los problemas, tenemos nueva fuerza y seguridad en el señor. En todo momento tenemos que darle gloria y honra a Dios, porque a El le debemos todo lo que somos y los que tenemos.
David era un hombre que vivía continuamente en adoración a Dios, cuando el se veía rodeado de sus enemigos, el confiaba plenamente en Señor... Cuando el Señor libro a David de las manos de Saúl y de todos sus enemigos dijo así: El Señor es mi roca, mi amparo, mi libertador; El es mi Dios, el peñasco en que me refugió. El es mi escudo, el poder que me salva, ¡mi más alto escondite! El es mi protector y mi salvador. ¡Tú me salvaste de la violencia! Invoco al Señor, que es digno de alabanza, y quedo a salvo de mis enemigos...
(2 Samuel 22: 1-4).
En todo momento tenemos que darle gloria y honra a Dios, porque solo El es digno de toda gloria y honra. Con nuestra alabanza centramos la atención sobre nuestro Dios, mientras más nos concentramos en Dios más brillaremos en su presencia... Toda la gloria es de el!!!
El señor busca verdadero adoradores que le adoren en espíritu y en verdad, porque el Padre busca a tales adoradores para que le adoren. Dios es espíritu; y lo que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren (Juan 4: 23-24).
La oración y el ayuno
La oración en combinación con el ayuno es aun más efectiva, donde el individuo se abstiene de alimentarse corporalmente, pero se alimenta en el ámbito espiritual. Nuestro señor Jesucristo después de ayunar cuarenta día y cuarenta noche, se le presento el diablo para tentarle y le dijo: si ere hijo de Dios, ordena a estas piedras que se convierta en pan. Jesús le dijo: escrito esta, no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
Las personas ayunaban por diversas razones. Los hacían para prepararse antes de recibir un mensaje de Dios, y antes de ir a cumplir una misión especial de Dios. La oración en combinación con el ayuno, es un instrumento poderoso para prepararse espiritualmente. En esto debemos ser como los atletas, que para estar en forma se ejercitan constantemente, el ayuno debe ser nuestro ejercicio espiritual.
La Biblia cita ayunos de un día, de tres días, siete días, tres semanas, y hasta cuarenta días como el que hizo Jesús. Lo importante es que cada creyente tenga un programa en su agenda. Aunque el creyente este bien espiritualmente, debe insistir en el ayuno y la oración, para cuando venga los días malos puedan estar firme. La Biblia dice en efesios 6: 13, por tanto, tomad todas las armaduras de Dios, para que pueda resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes...
Hay muchos problemas y obras diabólica, que para enfrentarla es necesario estar metido profundamente en ayuno y oración. Jesús nos dijo en su palabra, este género no sale, sino es con oración y ayuno. (Mateo 17: 21). Cuando Pablo se encontraba en el naufragio, todo sus acompañantes habían perdido la fe, entonces Pablo después de ayunar catorce días le dio gracia a Dios, y Dios lo salvo del naufragio a el y todos sus acompañante.
(Hechos 27: 33-35).
Si pone esto en práctica te aseguro que obtendrá la victoria!!!

Oración en el Espíritu Santo

El Espíritu Santo, la tercera persona de la trinidad, procede del Padre y es adorado y glorificado junto al Padre y el Hijo. Es necesario en la vida de un creyente tener el bautismo del Espíritu Santo. El apóstol Pedro dijo en su primer discurso: arrepentios, y bautícense cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para los perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa... (Hechos 2: 38-39).
Tal y como lo dijo el apóstol Pedro, el bautismo del Espíritu Santo, es para aquellas personas que ya han aceptado a Cristo como único y suficiente salvador.
Para estar lleno del Espíritu Santo, tenemos que estar limpio de toda contaminación, de todos aquellos que a Dios no le agrada, de toda inmundicia, pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación. (1Tesalonicenses 4: 7). Cada creyente debe creer en la promesa del Espíritu Santo. Pablo dijo: Solo quiero que me respondan esto. ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la ley, o por la fe con que aceptaron el mensaje?

Esperamos, que este materia sea de bendición a su vida...

No hay comentarios: